¡Aléjate de las quejicas y rastreadoras de errores!

Tiempo de lectura: 3 minutos
Rastreadora de errores
Gema Martínez
Gema Martínez

mujertraslos40.com

Seguro que, en algún momento de tu vida, has conocido, e incluso, “padecido”, alguna persona que continuamente está en la búsqueda de errores o que está continuamente instalado en la queja, quejándose por todo, o más aún, las dos cosas juntas: queja y rastreo 🤦‍♀️ ¡Menuda combinación!

¿Cuánto tiempo le dedican al día a quejarse? ¿Cuántas veces?

Quejas del trabajo, de la pareja, de los hijos, del vecino de enfrente, del dependiente del supermercado, del frío que hace, de que son los únicos que recogen el lavaplatos…..ufff, la lista es infinita.

Detente un momento y piénsalo.

Todo el día rumiando, haciendo críticas destructivas, aportando malestar a los que están a su alrededor, y percibiendo una desagradable sensación de amargura.

El día a día se convierte en una espiral de negatividad, convirtiéndolo así, en un estilo de vida.

¿Podrías pasar un mes sin quejarte?

¿qué hay detrás de todo esto?

  • Hay veces que indica una falta de responsabilidad antes personas o situaciones. Muchas personas se quejan de algo y no hacen nada por resolverlo, acusan a los demás de su infelicidad.
  • En otras ocasiones, critican y se quejan porque se sienten amenazados por algo, y aquí viene la famosa frase “no hay mejor defensa que un ataque”.
  • A otros les gusta estar al mando de toda situación, y se vuelven irascibles y quejicas cuando sienten que pierden el control, pensando así que toman las riendas.
  • Algunos odrían criticar tu persona o tus acciones, pues en el fondo sienten que eres su competidor/a, pues te ven como un rival.
  • Otros, piensan que así te ayudan brindándote parte de su sabiduría.
  • Otros, consideran que solo sus puntos de vista son los válidos, piensan que están siempre en posesión de la verdad y no admiten otros puntos de vista, en el fondo son personas que se consideran inseguras.
  • Son personas que carecen de asertividad y habilidades sociales para tratar ciertos temas, de ahí que se limitan a quejarse, criticar o victimizarse a menudo.
  • Otros puede ser que sean así porque buscan validación y admiración, y piensan que lo consiguen haciéndose los únicos en algo criticando lo de los demás, siempre en la búsqueda de colgarse medallitas.
  • Suelen proyectar en los demás sus miedos e inseguridades. Se fijan únicamente lo que les falta en lugar de lo que tienen, a ellos mismos y a los demás.
  • Puede ser que en algún momento sintieron que algo no les gustó, y por resentimiento actúan de este modo.
  • Algunos lo hacen con el afán de sentirse poderosos, y su única arma es juzgar y quejarse.
  • Podrían envidiarte o admirarte, aunque por eso precisamente, y por su falta de gestión emocional, solo saben ser rastreadores de errores.

Todas estas actitudes, surgen de forma espontánea, y estas personas, están tan acostumbradas a ello, que no tienen consciencia de ese mecanismo automático que forma parte de su forma de ser. En muchas ocasiones, son buen ejemplo de las profecías autocumplidas, esa predisposición que ya tienen, les lleva a estar anclados en la negatividad y terminan construyendo situaciones en las que confirman sus ideas negativas.

Un ejemplo, pensando continuamente que cuando se realice una entrevista de trabajo, se va a fracasar, el entrevistador pensará que no se es apto para ese puesto, esa persona, entrará tan nerviosa a la cita, mostrando inseguridad, ansiedad, que probablemente no será elegido, así tendrá una nueva excusa para quejarse, confirmando lo que pensaba inicialmente.

Entrará en bucle por cualquier cosa, siempre justificando su negatividad y su malestar será una espiral, contagiando cualquier situación y cualquier entorno.

Al ser personas tan sumamente exigentes, son expertos en señalar lo que falta, ver el vaso medio vacío en lugar de medio lleno, nunca ser lo suficientemente perfecto.

Es por esto que son “maestros” para quejarse o criticar, matando dos pájaros de un tiro: ejercitar su sobreexigencia y aprovechar a quejarse, estando siempre instalados en una continua frustración para ellos, además de hartazgo y hastío, para quien está a su alrededor.

¿Cómo podemos reaccionar ante este tipo de personas?

Pues dependerá de la situación y de los motivos que originan ese malestar. Hay casos en los que es mejor no darse por aludidos, dado que solo serviría para darle alas a la otra persona para satisfacer su control  y protagonismo.

Si quien critica es una persona importante para ti, es conveniente prestar atención y le hagas saber que le aprecias, aunque no estés de acuerdo con su actitud, y hacerle saber que también valoras tu independencia para tomar tus propias decisiones. A menudo una respuesta tranquila, inteligente y sencilla, es suficiente para salir airoso y hacer reflexionar con su actitud al quejica de turno.

Un camino podría ser, trabajar en ser más asertiv@ y en la forma de dar feedback. ¿De qué forma responderás cuando lo hayas conseguido?

Ya sabes que puedes contar conmigo para acompañarte a conseguirlo.

¿Hablamos?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otros artículos

¡Motivación en tu bandeja de entrada!

Suscríbete a mi newsletter para recibir mis nuevas publicaciones y contenido exclusivo.

¡Comprueba que tu correo esté bien! 🙂