En este artículo quiero compartir contigo algunos de los tipos de comunicación a nivel social.
Coercitivo – salirnos con la nuestra, conseguir lo que queremos.
Coercitivo directo – Imponiendo el tipo de punto de vista claramente, de forma agresiva sin ningún titubeo.
Coercitivo indirecto – Imponiendo el tipo de punto de vista, de forma manipuladora, de forma sibilina, sin llegar a ser claro. Personas que eligen muy buenas palabras. Consiguen que los demás hagan lo que ellos quieren. Parece incluso que te están haciendo un favor. Siempre con intención de ganar el que lo dice y el que lo escucha. Buena intención.
No coercitivo – no impongo mi punto de vista.
Directo – Asertivo – Expones de forma clara lo que quieres, propones lo que te gusta, puedes llegar a ser firme sin necesidad de imponer nada. Propones y buscas un punto intermedio de entendimiento. No ocultas lo que quieres, lo dices, y así buscar un punto en común. Tienes en cuenta tus necesidades y también los de la otra persona.
No directo – Pasivo – No impones ni expresas lo que sientes o quieres, antepones las necesidades de los demás antes que las tuyas.
Tod@s en algún momento, usamos estos cuatro estilos de comunicación. Son recursos, al fin y al cabo. Lo importante es diferenciarlos y conocer cuál es tu tendencia en usar cada uno de ellos y en qué momento.
Date cuenta y sé consciente, de en qué circunstancias los usas para que seas capaz de analizar qué ocurre y cuáles son los resultados, si los consideras que no son buenos o adecuados para ti, con ese determinado estilo de comunicación que hayas utilizado.
¿No consigues hacer cambios?
Se trata de detectar las dificultades para poner las soluciones, y ponerte en acción.
Quizás no estés tan lejos de comunicarte mejor.
Te propongo un ejercicio para que practiques los cuatro estilos. Te voy a plantear una situación concreta y te expresarás siguiendo el estilo que te vaya indicando.
Coge papel y bolígrafo. Comenzamos.
Se trata que vayas sacando información que te valga para el uso de los diferentes estilos.
Imagina que estás en cada una de las situaciones que te planteo aquí. Es importante abras el hemisferio derecho y que le pongas imaginación para vivirlo como una situación real.
Apunta cada caso y así podrás luego releerlo y sacar tus propias conclusiones.
Imagina que estás en la oficina, ya recogiendo para irte a casa, justo hoy tienes que resolver un asunto personal importante, y llega tu jef@ y te pide te pongas con un asunto urgente.
Ponte en situación como si fuese real. ¿Preparad@?
¿Cómo expresarías lo que te pasa con un estilo agresivo? Ya sé que es difícil, inténtalo, siendo direct@, diciendo lo que te pasa, y además imponiendo lo que quieres tú.
¿Cómo lo expresarías con un estilo asertivo? Sin imponer, siendo direct@ y clar@ en lo que te pasa, con el mensaje que no te puedes quedar.
¿Cómo lo expresarías ahora desde un estilo manipulativo? Es decir, impones lo que te quieres tú, pero no eres clar@ a la hora de decir lo que te pasa.
¿Cómo lo expresarías con estilo pasivo? Sin imponer ni decir nada de lo que te pasa.
Ahora piensa, ¿cómo te has sentido en cada situación? ¿has podido hacerlo con todas? Es muy importante que tomes conciencia qué te ha ocurrido en cada situación.
¿Cuál te ha costado más? ¿y cuál menos?
En este caso en concreto, con l@s jef@s, lo más habitual con lo que nos encontramos, es ser pasivo o manipulativo, en lugar de asertivo.
¿Por qué? Porque el agresivo puede dar miedo, pues se trata de nuestr@ jef@ y usar este tipo de estilo aquí, igual no nos trae buenos resultados y el asertivo, por falta de habilidad, no lo empleamos, y al no saber ser asertivos, usamos los otros dos recursos.
Para usar el asertividad nos hace falta firmeza, y esto se entrena, y es que hasta ahora se relacionaba agresividad con firmeza, y no es correcto, se puede ser firme sin ser agresivo. Hay que cuidar la comunicación no verbal (gestos, miradas…etc) Se puede decir NO incluso con una mirada.
Hay veces que usamos el estilo manipulativo, diciendo cosas que no son verdad, solo por el hecho de poder “salir airosos” de la situación.
Lo más importante es permitirnos a nosotros mismos, decir lo que pensamos sintiéndonos bien y poniendo el foco en lo que queremos decir cada uno en base a las habilidades que tenemos, decir lo que piensas desde el respeto. No todos disponemos de los mismos recursos, y es muy importante reconocer cómo podemos trabajar en ello. Con la práctica lo conseguirás, poco a poco con el entrenamiento te darás cuenta que la asertividad ha llegado a tu vida para quedarse. 🙂
Claves para ser asertivo:
Firmeza – expresar la situación y tus pensamientos, sin agresividad. Directo y conciso, menos, es más, si damos demasiadas explicaciones, se daría sensación de inseguridad o que nos estamos justificando, y ahí perdemos firmeza. Si además tenemos enfrente a un experto en estilo manipulativo, nos puede envolver y nos lleva a su terreno. Sentir que lo dos interlocutores son importantes, esa es la clave.
Sugerir alternativas – puedes dar alguna otra opción para llevar a cabo lo que la persona te ha expuesto.
Beneficios que se aportará – al sugerir las alternativas, puedes incluir lo bueno que se sacará con las ideas que estás aportando.
La asertividad hay que ponerla en funcionamiento en todos los entornos de nuestra vida, porque solemos esforzarnos en el trabajo y por ejemplo en casa con la familia, nos olvidamos de ello, cuidaremos las necesidades de todos, sin ser manipulativos ni agresivos.
Piensa en esto que te cuento, en mi opinión, la asertividad, es la opción más adecuada y la que te va a ofrecer mejores resultados.
Cuéntame, ¿cómo te ha ido? ¿Lo has puesto ya en práctica? Gracias por compartir tus experiencias.